miércoles, 22 de febrero de 2012

Carambaguíaz


Por Flora Fernández

Mientras leía un excelente homenaje del Ing. Rodolfo Silva a don Jorge Manuel Dengo pensaba ¿qué se hicieron esas magníficas personas -incluyendo al Ing. Silva- que parecieran haber desaparecido de este país... hasta que llegué al párrafo donde don Rodolfo relata cómo Dengo negoció de manera correcta pero astuta con la Northern para trasladar al país los ferrocarriles sin pagar un céntimo. Inmediatamente vino a mi mente un funcionario que viene trabajando en forma tenaz pero silenciosa -no en este gobierno- sino desde dos anteriores. Muy probablemente ni Arias ni Chinchilla vieron botín alguno en INCOFER y por esa razón dejaron tranquilo a su Presidente Ejecutivo.

Y es que si analizamos la gestión de don Miguel Carabaguíaz, encontramos el mismo valor que alguna vez tuvieron funcionarios de la talla de Dengo, don Eugenio Rodríguez Vega, Carmen Naranjo y muchos más que ya no están. No es cosa de imagen, farandulerismo o poses, sino producto de un trabajo tenaz, una clara visión de futuro, certeza trazando metas alcanzables y sobre todo el trabajo silencioso e incansable. Para él su cumpleaños (aunque sea un domingo) es un día propicio para despedir un grupo de voluntarios que van a inspeccionar la vía férrea que luego reportarán el estado de la misma y propondrán soluciones.

¡Sí, dije voluntarios! gente que no devenga salario y representan un apoyo valiosísimo que don Miguel Carabaguíaz logró incorporar y fomentar a su labor. Grupos como Fiebres por el Tren, Club de Amigos del Ferrocarril, Transfeco, CR-Trenes, ferromodelistas y ciudadanos interesados en los ferrocarriles. La discapacidad, diversidad, género o cualquier rasgo particular de la gente no es motivo de discriminación, al contrario, todos se sienten bien acogidos por un funcionario público que está al servicio de la gente y no a la inversa como sucede en casi todas las instituciones del gobierno. Mi hijo mayor, editor de CR-Trenes me invitó un sábado por la mañana a una reunión donde don Miguel escuchó lo queel pueblotiene que decir -representado por gente que simplemente ama los trenes con la misma pasión que él-, hasta el refrigerio lo aportaron los mismos participantes. Luego hizo una exposición clara sobre cómo arrancó su gestión en tiempos de don Abel así como los avances en los dos gobiernos posteriores y cómo cada petición que le hacen de llevar el tren a otras partes del país es un compromiso que lo emociona, aunque trabaja literalmente con las uñas.

Y aquí viene lo extraordinario de quien trabajacon las uñas...: para él dentro de las limitaciones presupuestarias que tiene, la disciplina financiera es vital, trabaja con frugalidad, sin estridencias ni espectacularidad. Es una de las pocas instituciones del gobierno que está al día con las cuotas de CCSS. Sin importar quien gobierna el país, su lealtad es con la Patria, por eso ha cambiado el gobierno 3 veces y él sigue calladito trabajando. Además de esa especial sensibilidad con la solidaridad nacional -también cuando han habido accidentes relacionados con el tren- la mayoría de ellos fatales o donde los heridos son de gravedad, don Miguel siempre corre, se conduele con sinceridad y sigue insistiendo en hacer todo lo posible por evitarlos, lo que resulta inevitable es la imprudencia.

El fin de año pasado para él fue la mejor oportunidad de reparar la vía a Cartago sobre la intersección a Tres Ríos en la certeza que no va a obstaculizar el tránsito esos días de menor movimiento, mientras tanto todos los demás jerarcas disfrutaban alegremente de vacaciones. Algo divertido y que vuelve a demostrar el amor por su trabajo fue lanoticia insólita del 2011donde el Presidente del INCOFER corría a atajar a quienes robaban partes del ferrocarril. Aunque suena vacilona, demuestra la pasión y defensa legítima de su institución.

El cariño y dedicación que este señor le pone a los ferrocarriles es enorme como se ve en su perfil de Facebook. Su integridad le obligó a salir a defender el ferrocarril ante la sagrada autopistas del sol cuando quiso responsabilizar al INCOFER de los derrumbes, no obstante ha manifestado en reiteradas oportunidades que la vía férrea y el trillo pavimentado a Caldera, conocida también como la27tendrán que convivir como vecinos toda su existencia, así que evita conflictos y busca la buena convivencia, mientras hace todos los esfuerzos por que se vuelva a habilitar el paso a la altura del kilómetro 47 en la calle a Caldera (kilómetros 52, 58 y 60 ferroviarios). Si hoy el tren no puede llegar siquiera a Río Grande de Atenas, no es responsabilidad de INCOFER sino de Autopistas del Sol que no ha reparado el daño causado.

Algo importante a señalar es cómo ha logrado con una enorme capacidad de negociación y armonía inter-institucional, al involucrar a cada una de las municipalidades por donde pasa el tren y al mismo MOPT para que colaboren con la limpieza a los lados de la vía férrea y en las intersecciones de la línea del tren con carreteras nacionales. Entre la ULatina y Tres Ríos, constructores inescrupulosos dejaron desagües de aguas negras sobre la vía del tren, hoy día la reconstrucción de la vía y la limpieza de la misma es asombrosa. Donde robaron rieles, poco a poco se van restituyendo lo mismo que los durmientes y cada puente se revisa escrupulosamente a fin de determinar qué reforzamiento y reparación se hace necesaria, lástima que el tren no pasa por el puente de la platina, ¡ya funcionaría a la perfección!

Todo lo anterior no sería relevante si entre sus actividades no se preocupara por cuidar el ambiente, precisamente echar a andar de nuevo los trenes no solo viene a desahogar las infartadas carreteras, sino además en caso de volver a electrificarse como en el pasado -labor titánica que don Miguel sueña lograr- y para la cual bien harían en utilizar la ampliación de Cachí para proveer electricidad al ferrocarril en lugar de venderla a Centro América que nunca paga y siempre acabamos condonando la deuda. Volver a electrificar el ferrocarril revertiría parte del gran daño causado por José María Figueres al cerrar el ferrocarril en el año 1995 quien además con un cinismo pocas veces visto, durante su visita criticó lo actuado y alardeó con los modernos trenes de Europa.

Creo que ante este recuento de hechos de don Miguel Carabaguíaz no puede una dejar de decir ¡Caramba, se puede! y preguntarnos ¿donde está la gente buena de este país?

Yo la he encontrado particularmente entre los ambientalistas, en el INA dando clases de agricultura orgánica de manera apasionada está Fabián Pacheco y sus compañeros profesores, Eva Carazo con las semillas criollas, Freddy Pacheco, María Elena Fournier, los abogados que nos defendieron de Crucitas y muchos que los apoyaron. También en el ICE hay grandes valores que nos garantizan luz y comunicaciones, defendiendo con denuedo el modelo como Gerardo Fumero y Mario Villalta. En turismo y deporte no tradicional Rafael Gallo organizó un excelente mundial de rafting que pasó inadvertido pese a su calidad. En educación gente como Eleonora Badilla-Saxe, Otto Silesky, Isabel Ducca y muchos otros tienen esa visión de futuro y apego a nuestros valores que tanta falta hace. Doctoras como Lisbeth Quesada que luego de servir a la Patria en la Defensoría, regresa a asistir a enfermos terminales en su trance de muerte o Rodrigo Cabezas ya pensionado brindando servicios médicos y de capacitación ad-honórem, cobradores como Roberto Mora Salazar persiguiendo patronos morosos en la CCSS mientras el personal de la institución se abanica de oreja a oreja.

Las universidades no escapan a esa reserva moral, están repletas de gente haciendo maravillas como Montserrat Sagot, Luis Paulino Vargas, Pablo Ortega Rodríguez, Alberto Cortés, Ciska Raventós, Laura Martínez, Juan Manuel Villasuso, Henry Mora y miles más a quienes injustamente por limitaciones de espacio no puedo mencionar por su nombre, todos fuera del sistema, invisibilizados, pero ahí están...

¡Verdad que no todo está perdido! Es cosa de mirar a todos lados y encontraremos grandes valores a apoyar y emular.